Los financiadores de litigios obtienen una exención fiscal
Los negociadores del Congreso sorprendieron al mundo de la financiación legal al eliminar, a última hora, un impuesto punitivo a los ingresos provenientes de la financiación de litigios que había sido aprobado por el comité apenas unas semanas antes.
Un artículo en Law360 refleja el alivio colectivo: los gestores de inversiones declararon al medio que un impuesto fijo del 41 % «habría eliminado las TIR de dos dígitos de la noche a la mañana», congelando nuevos acuerdos y paralizando las carteras de casos a mitad de camino. Sin embargo, el alivio se vio atenuado por la inquietud. Los grupos de presión destacaron los avisos del IRS de la era Biden que ya examinan las estructuras de los fondos, advirtiendo que futuros ciclos de conciliación podrían reactivar medidas similares bajo el lema de cerrar «lagunas legales».
La cláusula desechada, defendida por el senador Thom Tillis, apuntaba directamente a los acuerdos de financiación sin recurso, agrupándolos con los préstamos de día de pago a pesar de las diferencias fundamentales en riesgo y exposición del consumidor. Los grupos de defensa del sector argumentaron que el impuesto simplemente restringiría el acceso a la asesoría legal para los demandantes con capital insuficiente, sin hacer mucho por frenar los abusos percibidos.
Por ahora, los mayores financiadores del mundo están aprovechando las oportunidades: varios gestores anunciaron actividades de prensa que enfatizaban su papel en la financiación de solicitudes con mérito tras el respaldo tácito del Senado. Sin embargo, a medida que los redactores del presupuesto de la Casa Blanca y el Senado reanuden las negociaciones este otoño, los financiadores podrían encontrarse de nuevo en la mira fiscal, lo que impulsaría nuevas campañas de defensa en torno a la transparencia, la protección del consumidor y el impacto económico.