El financiador comercial se enfrenta a costes en un caso de conmoción cerebral en el rugby
Una sentencia procesal dictada en Londres ha vuelto a poner de actualidad las demandas por lesiones cerebrales que sacuden el mundo del rugby. El juez Jeremy Cook arremetió contra el abogado Richard Boardman, de Rylands Garth, por los «fallos graves y generalizados» en la divulgación de la información, al descubrir que más del 90% de los demandantes carecían de historiales médicos completos. Cook sostuvo que los demandantes, «respaldados por un financiador de litigios comerciales», debían pagar la cuenta de los gastos inútiles de los demandados, un raro caso en que la participación de un financiador influye directamente en una condena en costas.
The Guardian informa de que más de 1.000 ex jugadores alegan que los órganos de gobierno no les protegieron de los repetidos traumatismos craneoencefálicos. Aunque Cook se negó a desestimar las demandas, advirtió de que el incumplimiento continuado podría eliminar a gran parte de la lista antes del juicio, previsto ahora para 2026. La sentencia también expone las tensiones entre la rápida inscripción de demandantes -impulsada por la agresiva financiación y el gasto en publicidad- y el rigor probatorio que exigen los tribunales ingleses.
La decisión es un tiro en la proa para los financiadores de siniestros masivos que operan en el Reino Unido. Cabe esperar una suscripción más estricta de los protocolos de pruebas médicas y una mayor diligencia en la capacidad del demandante y el abogado. Si los tribunales siguen vinculando el dinero de los financiadores a las sanciones por costas, el precio de las primas por riesgos de conmoción cerebral deportiva puede aumentar, y los seguros a nivel de cartera, como el ATE, podrían llegar a ser obligatorios. La pregunta más general: ¿una gestión más estricta de los casos agilizará las demandas meritorias, o enfriará el capital para litigios socialmente significativos? LFJ estará atento.