BHP presiona a Gramercy-Pogust sobre el control de una reclamación de 36.000 millones de libras
Una lucha de alto nivel por la gobernanza se está extendiendo a la mayor demanda colectiva del Reino Unido. BHP ha exigido claridad sobre el papel del fondo de cobertura Gramercy Funds Management en Pogust Goodhead, la empresa demandante que está al frente de una demanda de 36.000 millones de libras vinculada al desastre de la presa brasileña de Mariana en 2015. El abogado de la minera en Slaughter and May señala la reciente agitación en la dirección del bufete y se pregunta si un financiero que no es abogado puede ejercer un control de facto sobre la estrategia del litigio, una cuestión que afecta a la ética jurídica y a las restricciones de Inglaterra y Gales sobre quién puede dirigir las demandas.
El Financial Times informa de que Gramercy, que financia a Pogust, acaba de conceder 65 millones de dólares más a la empresa tras la destitución del consejero delegado-cofundador Tom Goodhead. BHP quiere respuestas sobre la independencia y la supervisión de la gestión a medida que el caso se acerca a una sentencia crucial del Tribunal Supremo. Por su parte, Pogust afirma que sigue siendo independiente y comprometida con sus clientes, mientras que Gramercy rechaza cualquier sugerencia de que sea propietaria o gestora de la empresa. El telón de fondo es familiar para los financiadores: el creciente escrutinio por parte de los tribunales de quién lleva la voz cantante cuando el capital suscribe litigios complejos en los que se apuesta por la empresa. Las anteriores propuestas de acuerdo de BHP y Vale -por valor de 1.400 millones de dólares- fueron rechazadas por considerarlas insuficientes en relación con la magnitud de la demanda y el supuesto perjuicio.
Más allá de este caso, el episodio subraya una cuestión más amplia: ¿hasta dónde pueden llegar los acuerdos de financiación antes de colisionar con el antiguo principio de que los abogados -y sólo los abogados- controlan los litigios? La respuesta va mucho más allá de Mariana. Si los tribunales o los legisladores endurecen la definición de control, cabe esperar que las condiciones de los acuerdos, los pactos de gobernanza y las normas de divulgación en la financiación británica evolucionen rápidamente. Para las demandas transfronterizas por daños masivos, la línea que separa el apoyo de la dirección se está estrechando, y se está poniendo a prueba en tiempo real.